Mejor en español
Aunque el uso de extranjerismos en español no es incorrecto, es preferible emplear una alternativa existente o creada, optar por una acomodación, o, en todo caso, decantarse por una adaptación, que no hace sino reflejar la pronunciación real que la mayoría de los hispanohablantes dan a las palabras.
Alternativas
El español es muy rico y suele tener alguna alternativa para muchas palabras. Pero también es rico en adoptar palabras que aportan un matiz especial para el que no hay alternativa. En ese caso, se puede optar por una acomodación o adaptación. Para crear alternativas, se suele tender a abusar de los acrónimos, pero hay muchas otras maneras de crear palabras: diminutivos, formas basadas en el latín y el griego, voces que hacen referencia a la misma entidad, pero conceptualizada desde un punto de vista distinto…
Acomodaciones
Las acomodaciones son adaptaciones de palabras extranjeras sometidas, además, a un proceso de ajuste a los patrones morfológicos del español. Así, a partir de youtuber, se puede emplear la adaptación yutúber o, preferiblemente, la acomodación yutubero.
Adaptaciones
Pese a que sea preferible optar por una alternativa o una acomodación, es normal el uso de adaptaciones. Para reflejarlas, seguimos los siguientes criterios:
- La h aspirada preferimos escribirla como j (aunque también mostramos la opción con h). De esta manera, se refleja más fielmente la pronunciación común de muchos hablantes y se evita que el uso de la h aspirada genere situaciones en las que puede no saberse cómo pronunciar una palabra en español, como ocurre en el caso de hummus.
- La ck de los anglicismos pasa a c o qu según corresponda, no a k.
- La k se puede mantener como k.
- La g de palabras cuyo origen no es latino puede mantenerse como g, como ocurre en géiser o cringe. Si es una g procedente de una voz latina que no tenía g, la g pasa a j.
- La sh del inglés (o, por ejemplo, la terminación -age del francés) la adaptamos como s entendiendo que la pronunciación es similar al de nuestra s (sou, colás) o como ch si es más cercana al de la ch (chou). Aun así, somos conscientes de que en algunos casos claramente el sonido es /sh/. Ahí se podría dejar el dígrafo sh, pero tendríamos un problema, similar al de salle, con palabras como deshacer o trashumante. Cabría utilizar el dígrafo ss, dado que no hay casos con doble s en español, pero no es visualmente intuitivo y el dígrafo ya se usó para representar la s sorda antiguamente. Se podría recurrir a la x, usada en algunas palabras de origen indígena, pero crearía problemas, o a letras que usan otras lenguas para este sonido, como š del letón, checo, etc., ş del turco o ṣ del yoruba.
- Mantenemos la v con valor de /f/ de palabras del ruso, como en molotov o Dostoyevski.
- En el caso de las expresiones pluriverbales o compuestas de varias palabras, mantenemos la grafía en varias palabras (como en dog frenli a partir de dog friendly), pero siempre sugerimos la grafía unitaria (dogfrenli) con la que se evita que aparezcan secuencias aisladas que por sí solas pueden no tener significado en español (como dog).
Nombres propios y sus derivados
Pese a que actualmente se tiende a no traducir los nombres propios, ofrecemos, principalmente en el caso de los topónimos, acomodaciones o adaptaciones de ellos. También para los derivados de cualquier nombre propio ofrecemos posibles adaptaciones, como seikspiriano. De esta manera, el hispanohablante evita enfrentarse a las complicaciones de escritura de otras lenguas.
«Para un idioma tan copioso, variado, expresivo y flexible como el español, muy a duras penas se halla una voz, o término extranjero, que no tenga equivalencia exacta, o que en último caso […] no sea asimilable o adaptable con la debida holgura».
Mariano de Cavia