Variante de deplorable, creada quizá por cruce con alguna otra palabra de sentido negativo con pr o por asimilación, considerada en general inadecuada.
Más información
• El origen de esa l está en el latín deplorabilis, de deplorare ‘lamentar(se), quejarse, llorar amargamente’, de plorare ‘llorar’.
Curiosidades
• Tuvo cierta repercusión en septiembre de 2025 cuando la concejala de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Valladolid, Irene Carvajal, lo usó en un tuit dirigido al ministro de Transportes, Óscar Puente: «Sabemos de tu escasa lealtad institucional, pero hacer postureo político incluyendo a funcionarios es deprorable».