El guardián entre el centeno

Novela del escritor estadounidense J. D. Salinger publicada en 1951.

Por qué se llama así

En una conversación con su hermana Phoebe cuando va a verla a su casa a hurtadillas por la noche, el protagonista, Holden Caulfield, recuerda la canción «Si un cuerpo coge a otro cuerpo cuando van entre el centeno» (se la había oído también antes a un niño cantando por la calle mientras iba por el borde de la acera casi pillándole los coches sin que sus padres se enteraran). Después de que su hermana le corrija diciendo que es «Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo» y que es un poema de Robert Burns, Holden explica que muchas veces se ha imaginado que hay niños jugando en un campo de centeno que da un abismo y que él es el guardián que impide que los niños se caigan, que eso es lo que le gustaría hacer.

Palabras interesantes (traducción de Carmen Criado para Alianza, 1997): medio-nelson («una llave de lucha libre que consiste en agarrar al otro tío por el cuello con un brazo y apretar hasta asfixiarle si te da la gana»); al aliguí.

Citas

• «En Pencey se moldea tan poco como en cualquier otro colegio. Y allí no había un solo tío ni espléndido, ni de mente clara. Bueno, sí. Quizá dos. Eso como mucho. Y probablemente ya eran así de nacimiento».

• «Lo que quiero decir es que me he ido de un montón de colegios y de sitios sin darme cuenta siquiera de que me marchaba. Y eso me revienta. No importa que la sensación sea triste o hasta desagradable, pero cuando me voy de un sitio me gusta darme cuenta de que me marcho. Si no luego da más pena todavía».

• «No es que me importe mucho, pero también es un rollo que le estén diciendo a uno todo el tiempo que a ver si se porta como corresponde a su edad. A veces hago cosas de persona mayor, en serio, pero de eso nadie se da cuenta. La gente nunca se da cuenta de nada».

• «Eso sí que me pone negro. Que alguien te diga una cosa dos veces cuando tú ya la has admitido a la primera».

• «Los que de verdad me gustan son esos que cuando acabas de leerlos, piensas que ojalá el autor fuera muy amigo tuyo para poder llamarle por teléfono cuando quisieras».

• «Casi siempre que me hacen un regalo acaban por dejarme hecho polvo».

• «La mayoría de la gente, o nunca sonríe, o tiene una sonrisa horrible».

• «Antes yo era tan tonto que la consideraba inteligente porque sabía bastante de literatura y de teatro, y cuando alguien sabe esas cosas cuesta mucho trabajo llegar a averiguar si es estúpido o no».

• «Cuando uno sabe hacer una cosa muy bien, si no anda con cuidado empieza a pasarse, y entonces ya no es bueno».

• «Todos los que lloran como cosacos con esa imbecilidad de películas, suelen ser luego unos cabrones de mucho cuidado».

• «Ya lo sé que está muerto. ¿Te crees que no lo sé? Pero puedo quererle, ¿no? No sé por qué hay que dejar de querer a una persona solo porque se haya muerto. Sobre todo si cien veces mejor que los que siguen viviendo».

• «Eso es lo bonito que tienen los tiovivos, que siempre tocan la misma música».

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