n. masc. Palabra creada a partir del desarrollo de una sigla. Por su naturaleza los alfónimos pueden presentar secuencias algo anómalas que desconciertan un poco, como «cederrón» u «oenegé».
Etimología
De alfa y -ónimo, probablemente por ser la alfa la primera letra, como lo son las que forman las siglas que se desarrollan en un alfónimo. Parece que el término fue acuñado por el biógrafo e historiador argentino Vicente Cutolo.
Más información
• Los alfónimos pueden formarse a partir de la lectura de cada letra (como oenegé) o mezclar la lectura de letras con secuencias de la propia sigla, como cederrón (a partir de CD-ROM).
• Los alfónimos representan secuencias con un solo acento, por lo que se escriben en una sola palabra: elegetebé. La acentuación debe adecuarse a la nueva formación e incluso se pueden hacer otras modificaciones, como ocurre con el cambio de -m a -n en cederrón.
• La ventaja de los alfónimos frente a las siglas es que permiten formar plurales y derivados de manera natural en español, sin plantear problemas de confluencia de mayúsculas y minúsculas. Así, por ejemplo, oenegé permite formar el plural oenegés evitando secuencias no reocmendadas como ONGs u ONG’s) y elegetebé permite crear elegetebefobia evitando el extraño uso del guion al que habría que recurrir en LGTB-fobia.