v. intr. Largarse de un lugar o no presentarse a él, generalmente tratando de evitar alguna situación indeseada. Sí, le tocaba hacer la tarde, pero tomó las de Villadiego a las 3. Se usa también figuradamente para cuando no se hace frente a una determinada situación: Los políticos saben tomar las de Villadiego cuando no quieren responder a algo mal visto popularmente.
Etimología
El origen de esta expresión —que ya se usa en la Celestina y en los versos iniciales del Quijote— es incierto, pero hay muchas teorías (muy bien explicadas en El porqué de los dichos de Iribarren). Parece que originalmente era tomar (las) calzas de Villadiego (aún usada por algunos) y Villadiego podría ser alguien que huyó al verse en peligro o quizá un compañero de Hernán Cortés que se escapó con pertenencias de todos. También podría hacer referencia al pueblo de Burgos así llamado y podría estar relacionado con unas calzas u otra prenda similar que en el siglo XIII sus habitantes judíos llevaban para evitar ser capturados. Por su parte, Hatzenbusch dijo que no era Villadiego, sino villariego, que significa algo similar a ‘andariego’. Parece una explicación ad hoc la que se da en unos versos en los que se cuenta que san Pedro tomó por equivocación las calzas de un soldado romano llamado Villadiego.
Variantes: coger las de Villadiego, agarrar las de Villadiego, salirse por las de Villadiego, tomar las calzas de Villadiego, tomar calzas de Villadiego.