dorsiana, dorsiano

1. adj. Relacionado con el pensador español Eugenio d’Ors (Barcelona, 1881). Habló sobre la relación de las glosas dorsianas con el ensayismo orteguiano.

2. adj. Que muestra un estilo similar al de Eugenio d’Ors, especialmente en lo relativo a su pensamiento, caracterizado, entre otras cosas, por una integración de la razón y el sentimiento o de lo espiritual y lo material, la idea del arte como orden de lo humano o la defensa de lo barroco y lo anecdótico en la vida. Presenta una crítica del arte por el arte muy dorsiana.

3. adj. Relacionado con el poeta español Miguel d’Ors (Santiago de Compostela, 1946). La editorial Renacimiento reunió la obra poética dorsiana en «Poesías completas 2019».

4. adj. Que muestra un estilo similar al de Miguel d’Ors, caracterizado por su sencillez y claridad, así como la ironía, acidez y profundidad, con poemas en los que habla especialmente del transcurso de la vida y de lo importante de nuestras decisiones. Esa ironía al hablar de la juventud que presenta la autora es muy dorsiana.

Etimología

(1 y 2) Del apellido de Eugenio d’Ors.

(3 y 4) Del apellido de Miguel d’Ors, nieto de Eugenio d’Ors.

Variantes: d’orsiana, d’orsiano; orsiana, orsiano.

Más información

• Como en otros derivados de apellidos con apóstrofo (dalembertiana, dalembertiano; dannunziana, dannunziano), lo más normal y aconsejable es escribir dorsiana, dorsiano sin el apóstrofo. Aun así, también se puede documentar d’orsiana, d’orsiano, que se escribe con la o después del apóstrofo en minúscula (no d’Orsiana, d’Orsiano: @RAEinforma). También se prescinde a veces del primer elemento y se usa orsiana, orsiano.

• También podría referirse a Pablo d’Ors (1963), escritor y sacerdote español, nieto de Eugenio d’Ors y autor de ensayos y novelas relacionados con la reflexión espiritual.

Curiosidades

• En Oceanografía de Xènius: estudios críticos en torno a Eugenio d’Ors, se habla de la forma del apellido. Eduardo Martínez Rico cita este fragmento del propio Eugenio d’Ors: «A mí, si alguien quiere lisonjearme acertando en el talón de Aquiles de la gloriosidad, donde cada cual es vulnerable, que no prodigue mi identidad en gacetillas; pero que, de vez en cuando y en recto lugar, adjetive algo con el derivado cualitativo correspondiente: un buen “orsiano”, leído a punto, compensa de una infinidad de fastidios terrenales». Luego dice al respecto: «Me parece que ya he cumplido con creces con esa petición dorsiana. Por todas partes, mi diario está sembrado del adjetivo dorsiano. Lo escribo así, y no orsiano, como quería su propio padre, pero las consecuencias son las mismas. Estas líneas, por lo que ya voy aprendiendo, son muy dorsianas».

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