el, la

Artículo determinado usado para introducir un ejemplar concreto de una entidad: Encontré el libro debajo de la mesa.

Etimología

Del latín ille, illa ‘aquel, aquella’.

Más información

• La forma el se contrae como aldel en combinación con a y de: al cine, del interior. La contracción se considera obligatoria, salvo que el artículo vaya en mayúscula por pertenecer a un nombre propio o un título: a El Cairo, de El Salvador, de «El señor de los anillos». Naturalmente, tampoco hay contracción si hay dos puntos entre ambos elementos: Pueden venir de: • el norte de Europa• África…  También puede evitarse la contracción en poesía, como en estos versos de Rubén Darío: «Y provenía de / el divino astillero del divino Watteau». Puede no haberla cuando de forma parte de un inciso en casos (más bien coloquiales) como teniendo en cuenta, pero no excesivamente pendiente de, el desarrollo… A veces algunos no hacen la contracción cuando el pertenece a una expresión fija, como en eran protagonistas de el diablo sabe qué historias o se pusieron a jugar a el suelo es lava. También cabría la opción de no contraer si se mantiene la minúscula en el artículo de un seudónimo: de el Pobrecito Hablador.

• La forma la también puede corresponder al pronombre personal átono femenino correspondiente al masculino lo (la vi en el cine) o a la nota musical entre sol y si.

• La forma el puede corresponder también a la apócope del antiguo ela (procedente del latín illa sin aféresis de [e]). En general, se usa este el inmediatamente antes de nombre femenino que empieza por [a] tónica: el alma, el haba (si empieza por [a] átona se usa la, como en la almohada, aunque hay quienes usan el en algunos compuestos y diminutivos como el aguamarina o el agüita). Se usa la si se interpone algún elemento incluso si este empieza por [a] tónica y no es un nombre: la otra área, la alta montaña. Se mantiene la ante algunos nombres con [a] tónica inicial: nombres de letras (la a, la hache), nombres propios de personas (la Ana que te digo), siglas y acrónimos (la ACB, la api), ciudades y países (la Ávila medieval) o algunos nombres genéricos de persona como los comunes en cuanto al género (la árabe) o los modernos que tienen variación (la árbitra; otros anteriores se han usado tradicionalmente con el, como el ama, el asna, y hoy parece que alternan en el uso). En algunos casos, hay alternancia, como en el ágata o la ágata.

• Su plural es los, las. Además, existe la forma neutra lo, considerada artículo por algunos (GTG): lo bueno, lo que faltaba.

• Se escribe con mayúscula cuando forma parte de un nombre propio: La Haya, El Colegio de México, San Lorenzo de El Escorial. No forma parte, en general, del nombre propio de comarcas (la Mancha) y en otros casos como parques (el Retiro), pero puede haber dudas e incluso controversia (como con el/El Bierzo). Se escribe también en minúscula cuando precede a un apodo, alias o sobrenombre: la Araña (por Julián Álvarez), Alfonso X el Sabio. Más dudas hay con los seudónimos; aunque se suele recomendar mantener la minúscula (por el Pobrecito Hablador), es normal optar por la mayúscula (por El Pobrecito Hablador).

• Algunos nombres de países pueden llevar opcionalmente artículo delante, que se escribe con minúscula: el Perú, la India, los Estados Unidos. Aunque algunos llegan a reivindicar su uso, en algunos casos su presencia puede recordar los tiempos de las colonias o exotizar el país por considerarlo aún una región lejana: el Brasil, el Japón.

• Con nombres de instituciones, organizaciones, grupos, etc. —muchas veces siglas—, su presencia varía: Hamás, pero el IRA. Podría influir la facilidad con que el nombre se reconoce como propio.

• No se debe confundir con el pronombre él, con tilde diacrítica: Sabe que el éxito depende de él.

Otras fuentes: DLE, DPD, NGLE, LELE.

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