1. Onomatopeya que representa un bisbiseo o susurro. Bsss, bsss… Los susurros me hacían cosquillas en los oídos.
2. Onomatopeya que representa el zumbido de animales que mueven rápidamente sus alas, como una abeja, una mosca, una libélula, un colibrí… Bsss. El ruido de las moscas era insoportable.
3. Onomatopeya que representa otros zumbidos, como el de un cable de alta tensión o un móvil, entre otros. Bzzz, bzzz. El móvil no paraba de vibrar y yo no podía pararlo.
Variantes: bzzz, zzz, sss (2 y 3).
Más información
• Las variantes con s reflejan un zumbido menos sonoro que las que tienen z.
• Lo más indicado es repetir la s (o la z) al menos tres veces. Solo en el primer caso es normal optar por una sola s: bs, bs.
• La grafía bsss puede ser también la abreviación (simbolatura) de besos con énfasis (generalmente es solo bs o bss).
• Con el primer uso, se puede encontrar este ejemplo de Los Divinos (2018) de Laura Restrepo: «A mí, que no vengan con besuqueos. Ni a decirme secretos, los secretos son lo peor, me retuerzo, no resisto el bss-bss-bss de un aliento en mi oído; el vientecito caliente que sale de las personas a mí me frunce».
Un pensamiento en “bsss”