n. fem. Fenómeno lingüístico en el que se reemplaza una palabra por otra de forma parecida, pero de significado no relacionado, con el objetivo de aportar expresividad. Un ejemplo de homonimia parasitaria es el que se da en «tenerlo clarinete».
Etimología
Denominación (inspirada en la de sufijación parasitaria de Seco) propuesta por el filólogo Diego Varela en su tesis y que responde a la idea de que cuando se produce este fenómeno se parasita la palabra que tiene forma parecida y se da lugar a una homonimia entre esta y la palabra original de la expresión.
Más información
• Ejemplos de homonimia parasitaria: tenerlo clarinete, qué me estás contáiner, chorizo ‘ladrón’ (a partir de chori o choro), darse un voltio, mandar un emilio (por e-mail), dar por el hojaldre (por ojete), paganini (relacionado con pagar).
• En la homonimia parasitaria se crean conflictos ortográficos a la hora de optar por la grafía de la palabra parasitada o de la original. Así, por ejemplo, en dar por el hojaldre, se estaría tomando la palabra parasitada tal cual, pero también podría escribirse dar por el ojaldre para no perder la relación con la palabra original ojete. Algo similar ocurre en el caso de rogelio (por rojo ‘comunista’), donde se podría optar por la grafía rojelio, con el problema añadido de la mayúscula de la forma original Rogelio. Con respecto a la mayúscula, en el DLE, por ejemplo, se recoge paganini ‘pagador’ en minúscula. Pero en casos en los que la mayúscula pueda estar justificada, esta se puede mantener, como en hijo de Putin.
• También se pueden considerar casos de homonimia parasitaria aquellos en los que la sustitución se produce en el interior de una palabra, como en digamelón (de dígamelo, parasitando melón) o en efectiviwónder (de efectivamente, parasitando Stevie Wonder).
• Se produce un fenómeno similar, pero de mera ortografía parasitaria, cuando por juego de palabras un término adopta la grafía de otra para establecer alguna conexión entre sus referentes: Con esta nueva derrota el Granada está en el alhambre (por Alhambra). Se podría llamar ortografía parasitaria o, por ejemplo, grafonimia.
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